Asi que, hemos cogido la moto, y nos hemos metido por todas las callejuelas que encontrabamos a nuestro paso, siguiendo hasta que se terminaban las casas, y vuelta a empezar por otra.
Despues de visitar un par de templos, nos metemos a comer, en una tipica casa de comidas, donde solo habia gente de la tierra, asi que como Dios nos da a entender, hemos conseguido decirles lo que queriamos.
Rebosar, lo que se dice rebosar de simpatia, no lo practican en esa casa, tanto es asi, que no les he dejado ni un Bth de propina.
Se me olvidaba deciros, que entre la una y las cinco, no encontrareis un sitio donde os vendan cerveza, o alcohol. Asi que comereis con agua o cualquier refresco.
A decir verdad, habia leido tanto, de la amabilidad de la gente, y de su eterna sonrisa, que estoy un poco decepcionado.
La gente de a pie, es simpatica y dispuesta a ayudarte en todo momento y en verdad muchas veces con la sonrisa en su cara, pero el personal de los servicios publicos, no se si sera que nosotros hemos tenido mala suerte, pero en bastantes ocasiones, han sido incluso groseros.
Mencion especial a la ayudante del autobus Chiang Mai- Chiang Rai, que despues de mirarme al hacerla una pregunta, se volvió, en dos ocasiones, sin ni tan siquiera abrir la boca.
.Mañana vamos a Laos. Espero que efectivamente, esta vez si, sea el pais de la eterna sonrisa.
Por la tarde, pasamos por la rotonda de la torre del reloj, y como son casi las 6, esperamos un ratito, por si el espectaculo de luz y sonido, empieza ahora.
No hay suerte. Despues de un rato, nos dicen que empieza a las 7, asi que no creemos que merezca la pena, aguantar una hora, asi que despacio, nos encaminamos al hostal.
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