Al poco rato, recogemos a 2 turistas, con cara de no saber lo que ticket han comprado, y poco mas adelante, otros dos, esta vez mas risueños.
Los 4 guiris, han ocupado los asientos de atras, y parece van bastante bien.
Nosotros, hemos montado en la primera fila, que delante de los pies, tiene un espacio mayor, ves la carretera, y la fila es de tres asientos.
Como ya estan ocupadas todas las plazas, y bultos y macutos, han sido acoplados, salimos de la ciudad a toda pastilla, con un conductor psicopata de claxon.
igual de apretados íbamos en el minivan |
Y no es un toquecito cualquiera, cada vez, no menos de 6 toques y no cortos precisamente.
Ademas, si transcurren mas de 100 metros sin adelantar a nadie, un par de toquecitos como los anteriores, amenizan el viaje.
Al rato, para en un barrio a la salida de Kratie, y vemos con incredulidad, que otros cuatro pasajeros y sus respectivos bultos, que no son pequeños, van a subir al vehiculo.
Donde las filas son de tres, ahora van cuatro, y en una cinco, y eso no es todo, ya que al poco rato, una nueva parada, y suben otros 4.
Donde en teoria se ponian los pies delante de nosotros, ahora se ponen dos chicas, y un paisano, se acopla cual contorsionista, entre los asientos del conductor y del copiloto.
Ya estamos a rebosar, pero queda la ginda. Un muchacho, unos kilometros mas alla, se sube y se sienta en el mismo asiento que la cobradora, lo que provoca las risas y comentarios de las otras chicas que viajan a nuestro lado.
Esto es Camboya. Como experiencia no esta mal, pero un viaje de 6 o 7 horas de esta forma, tiene que ser mortal.
menos mal, que nuestro viaje dura 3 horas, porque sino, tardaria tiempo en conseguir desdoblar las piernas.
Antes de llegar a nuestro destino, parece que a algunas chicas, les ha entrado ganas de orinar. No hay problema, para y a escasos 5 metros de autobús, se vuelven de espaldas, se agachan, y a vaciar la vejiga. Todo un arte, que seguro, antes han practicado muchas veces, dada la depurada técnica utilizada.
A las 11, llegamos a Kampong Cham. Preguntamos a paisanos por el hotel, y como ya es normal, nos mandan en direccion contraria, ya que como la unica palabra que entienden es hotel, te envian al que a ellos les suena.
Casi media hora despues, y de que un muchacho y su smartphone, me indiquen el camino, nos orientamos hacia la zona, donde debe estar.
Hace calor, y le pregunto a un tucktero, que me dice que por 1 dolar nos lleva. Cuando ya vamos a montar llega una señora, y al ver mi reserva, nos dice que esta a la vuelta de la esquina. Otra vez, una buena persona, nos evita el timo, de estos tuckteros sinverguenzas. Prometo, que si me dice que esta cerca, me monto en el tuck-tuck, aunque estuviera a 100 metros, pero no aguanto a los caraduras, que se quieren aprovechar de tu desconocimiento.
Hay personas, y ya nos ha ocurrido dos veces, que no estan dispuestas a permitir, que estos maleantes, abusen de los turistas. Gracias a todas ellas, que nos reconcilian con un pueblo, que quitando a estos pocos impresentables, el resto son encantadores
Ducha de agua fria, y a comer. El mercado esta en pleno bullicio, y nos paseamos por entre los puestos y la gente, sin ver un solo turista. Asi da gusto.
Se encoge el corazón cuando ves esto |
Casi anochecido, pequeño paseo y a la habitacion. Mañana hay que madrugar, pues el autobus a Siem Reap, sale a las 7,30.
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