lunes, 3 de octubre de 2016

20º dia Paseando por los pueblos al otro lado de Mekong

Dicen los que entienden, que hasta que no se cruza el rio y recorres los pueblecitos de ese lado del Mekong, no conoces el verdadero Laos, y como no queremos perdernoslo, esta mañana, nos acercamos a la orilla el rio, a buscar el ferry que lo cruza, y que transporta , tanto gente, como todo tipo de vehículos, de una orilla a otra.
No vemos el ferry, pero vemos una pequeña barca, que se acerca a la orilla, con paisanos y enseres.
Nos acercamos, y pregunto al barquero, si nos lleva al otro lado.
Me dice que si, y con cierta oposicion  de Mamen, nos metemos en la inestable barquita, junto con vecinos de los pueblos,y sus compras  diarias, que se dirigen a Bang Xieng Maen
En el barco, entramos unos diez en fila de a dos, mas unas cajas de aceite, y otras viandas, dificiles de identificar.
Estos botes, son inestables, ya que tienen muy poco fondo, para evitar piedras y embarrancar en los arenales. Ademas, el barquero, debe luchar contra la corriente, y describir el angulo exacto, para terminar en una minuscula ensenada, adecuada, para que la gente pueda poner pie en la orilla.
Una vez alli, cogemos el camino de frente, que nos lleva a la zona rural de los pueblos laosianos.
Segun parece, alli viven, los laosianos, que debido al creciente desarrollo turistico de Luang Prabang, y su imparable subida de precios, les conduce a vivir en el otro lado del rio, que cruzan diariamente, para ofrecer sus productos en el night merkat.
Al poco, aparecen las humildes casas, donde gallinas,gallos,patos,cabras y perros, pululan por el camino.
La gente, esta preparando en unas palancanas, gran cantidad de comida, que no soy capaz de enterarme, si es para ellos, para los niños de una escuela cercana, o para los monjes de los incontables templos, que estan desperdigados por la zona.
Luego, bajando hacia el embarcadero, cogemos el camino de la izquierda, que segun parece, conduce a varios templos, y nos encontramos, con un camino de hormigon, que parece, estan preparando para el turismo.
Si es asi, poco va a durar el encanto de esta zona. Comprendo, que para los vecinos, sera un motivo de alegria y esperanza de progreso, pero llevara la perdida de la autenticidad, y no estoy muy seguro, que sea para mejorar en calidad de vida.
Ahi, los niños te saludan con una sonrisa, y la gente, se comporta, como habias oido que eran los laosianos.
Esto si es Laos. Ni los del tuck-tuck, ni hosteleros, ni los del barco. Ninguno de estos esprimeturistas, deben hacerte pensar, que los habitantes de laos son como ellos.

Phan y Phet
 Estos estafadores, me recuerdan, a los  sinverguenzas hosteleros de España en los años 60, cuando veias, que intentaban engañar al turista de turno en la costa mediterranea, cobrandoles una pasta, por una paella, que no darian ni a su perro.
Hemos comprado caramelos y chicles, para darselo a los niños de alli. Al poco, nos encontramos, con Phan y Phet, o algo asi. Dos niños de 7 y 11 años, que salian de una escuela, y uno de ellos, chapurreba un poco de ingles.
Charlamos un rato con ellos, y luego les damos unos caramelos, y proseguimos camino.
De vuelta, subo a un templo al final de unas empinadas escaleras, desde el que se divisa, todo Luang Prabang, los montes de atras, y un gran tramo de Mekong.
El templo, no vale nada, pero las vistas, son espectaculares, asi que hago unas cuantas fotografias, mientras recupero mis constantes vitales, castigadas por la subida.
Al bajar, me encuentro a Mamen, con unos niños alrededor.
Al salir del colegio, han pasado unos niños, y les ha dado unos caramelos. Se ha corrido la voz, y se ha visto rodeada por una chiquilleria, ansiosa de conseguir su parte.
Una niña, parece, que le ha dicho, que no queria caramelo, que queria su diadema. La carita que le ha puesto la niña, ha debido ser tan dulce, que se la ha regalado. Menos mal, que el dinero lo llevo yo, si no,  Mamen nos deja en la miseria. Y es que, es dificil resistirse a estos niños tan dulces y necesitados, cuando vienen con una sonrisa a pedirte algo.

Esta vez, cruzamos el rio, en el ferry que antes no vimos, junto a varias motos, un coche y varios vecinos de los pueblos.
Nos sentamos en unas mesas a comer un bocata, y entablamos conversacion, con una pareja de Leon, ( Diego y Carla ), que aprovechando, que ella ha perdido el trabajo, han decidido, hacer un viaje por Tailandia, Laos y Camboya, y asi cumplir el sueño que les rondaba, desde sus vacaciones el año anterior en Tailandia.
Piensan seguir, hasta el verano, o hasta que la economia se lo permita, antes de que la vida, les premie con otras obligaciones a largo plazo, como hijos o hipotecas, que sin querer compararlos, te tienen, entre venticinco y treinta años enganchado. Eso, si tienes suerte, y los primeros encuentran trabajo, y tu no lo pierdes.
Diego al fondo, y Carla a la derecha en primer plano. 
Me han caido bien estos muchachos. Me han recordado una frase, que raramente la gente tenemos en cuenta : " Llena tus años de vida, antes de que la vida te llene de años ",
Yo, ya tengo unos cuantos, pero mientras pueda, ese sera mi lema.
Despues de descansar un rato, a lo de siempre, paseo nocturno, cena y a la cama, que mañana tenemos 9 horas de viaje a Vientiane.

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