lunes, 3 de octubre de 2016

29º dia Visita cataratas de Kone Phapheng

Habiamos pensado hacer un circuito, por las cataratas, kayak, y delfines, pero al final, en vista de que el siguiente paso es Kratie, decidimos ir solo a las cataratas por la mañana, y volver a comer.
Hablamos con el muchacho del guesthouse, y quedamos en ir en su barca a Chanpachak, y luego nos consigue un tuck-tuck, para llevarnos al parque donde se encuentran las cataratas.

Alli nos esperaran a que terminemos, y de vuelta al hostal.
El coste es de 100000  por persona, mas los 35000 kips de entrada al parque. Total unos 15 euros en total.

Achicando el agua, antes de ponernos en marcha

A las 8 ( parece una hora mágica ), cojemos el bote, despues de esperar un rato, a que con una bomba de agua, achique, la que se encuentra dentro.
Sera una tonteria, pero ver achicar agua en el bote que te va a llevar dentro de unos momentos, no ayuda a relajarte precisamente.
Menos mal, que ayer vimos a unos niños bañandose en el rio, y parece que no cubre mucho.
Ademas, lleva unos garrafones de plastico grande, para traer agua del pueblo, asi que pensamos que en caso de zozobra, un par de ellos debajo de los sobacos, pueden ser, unos perfectos salvavidas.
mientras esperamos a que termine de achicar agua, vemos a una niña, que no levanta un palmo del suelo, intentando subirse a una bicicleta, que es mal alta que ella.

Al final, lo consiguio. Lo tengo grabado
Ya mucho mas tranquilos, nos montamos los tres, y surcamos las aguas del Mekong, dejando una estela, cual efimero surco, condenado a desaparecer en breves momentos. (Toma ya, cursileria de 2º curso de pastelero).
Durante en viaje, que dura unos diez minutos, veo que el capitan, con una mano lleva el motor-timon, y con la otra, saca el agua que se va acumulando, con un bote de plastico.
No lo parece, pero corre mas que un Ferrrari
Llegados a la otra orilla al pueblo de Champasak, no sin cierta dificultad, ya que a unos 20 metros de ella, se ha roto la helice, nos viene a buscar un tuck-tuck, y a una velocidad, que superaria sin problemas a Fernando Alonso, nos lleva a las cataratas.
El parque, al contrario del las de Somphamit ( o Li Phi ) esta muy bien cuidado, y abundan las papeleras a ambos lados del camino de hormigon, que discurre a lo largo del parque.
Tambien se ven, grupos de operarios de limpieza, que mantienen el parque, en perfectas condiciones.
Hay un paqueño mercadillo, con recuerdos del parque y diversos puestos de comida. En uno de ellos, tomo por primera vez, un vaso de jugo de caña de azucar, que sin hielo, ya que no me fiaba mucho, no me ha parecido, nada del otro mundo.











Los monjes tambien viajan
Estamos un par de horas recorriendo el parque, y volvemos al tuck-tuck, que a la misma velocidad de la ida, realiza la vuelta.
Una cervecita, mientras el capitan, cambia la helice comprada en una ferreteria del pueblo, y vuelta a Don Khon.
Comida en el restaurante de la guesthose, y a descansar un poco durante las horas de mas calor.
 La guesthouse Dockchampa, merece una mencion en especial. Ya dije, que fue la primera vez despues de casi un mes de viaje,  que al entrar en la habitacion, olia a limpio.
Pues bien, hasta los niños del capitan / hostelero / guia de viajes etc, etc, se les veia limpios, en un lugar, donde es verdaderamente dificil, conseguir que los peques, no esten cubiertos de polvo todo el dia.
Ademas de esto, el restaurante, sirve unos platos para chuparte los dedos, y a unos precios, mas que asequibles, pues la comida para dos personas, con refresco y cerveza de 600 cc no pasa de 6 euros.
Y para rematar, puedes comer con pan. Unas baguetinas puestas a la brasa y por lo tanto crujientes, pueden ser el acompañante perfecto, para un par de huevos fritos con patatas.
Y por si no fuera suficiente, la amabilidad y las sonrisas, aparecen en sus caras, en el momento que te ven.

Los encantadores niños de los dueños. ¿ a quienes me recuerdan?
Por la tarde, un paseo, y buena cena de despedida, que mañana nos vamos a Kratie en Camboya.


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