Ya en la orilla, negociamos con una chica la visita a ambos poblados por 22 dolares, y nos ponemos en marcha, no sin ciertas dificultades, para conseguir mantener el equilibrio en estas barcas tan inestables, hasta que nos sentamos en un par de banquetas.
La muchacha, que nos ha dado un chaleco salvavidas a cada uno, lo utiliza para ponernoslo de cojin de asiento. Sabia decision, como podemos comprobar, al finalizar las mas de dos horas que dura la excursion.
Muchos, han adornado su entrada con todo tipo de flores, que le dan un colorido al conjunto, que resulta ciertamente extraño en ese medio.
Ahi tienen su escuela, bares, tiendas, templos y cualquier otro comercio que pudieras encontrar en otro pueblo terrestre.
Los niños te saludan desde sus casas, y es una pena, no poder ir al encuentro de ellos para darles unos caramelos, pero el viaje seria eterno. Tambien la gente mayor nos saluda y sonrie, como si fueramos unos vecinos mas, que salen o entran al poblado.
La barquera conoce a muchos vecinos, y saluda y charla un poco con ellos a voces, com es costumbre por estas tierras.
Yo diria, que tanto en Tailandia, como Camboya o Laos, la gente no habla...chilla.
El poblado chino, esta mucho mas cuidado que el vietnamita. Las casas las tienen arregladas y adornadas, se ve un poblado mas limpio y cuidado, quizas tambien, por un nivel de vida superior, o simplemente por un gusto por tener su vivienda digna.
Menos mal, que casi todo el viaje ha estado nublado, porque sin apenas moverte en la barca so peligro de baño, cayendo un sol de justicia, tiene que ser algo inolvidable, quizas, mayor incluso que la visita a estos poblados.
De vuelta, para en la casa de una amiga, que tiene un niño precioso.
Nos saluda repetidamente con su manita, y Mamen por fin, puede dar un caramelo a un niño.
Nuestra simpatica barquera |
Visita a la panaderia/pasteleria, y a comer.
Dando un paseo, que podria ser agradable, sino fuera por la sauna al aire libre que es este pais, nos vamos a la habitacion a ducharnos y descansar un rato, y en el camino, nos encontramos un grupo de monos en un parque, que se acercan a Mamen, cuando esta les ofrece un caramelo.
El mas atrevido, le coje uno, y se lo lleva a la boca.
El caramelo es masticable, y nos partimos de risa, viendo como el mono hace muecas con la boca, cuando se le pegan los dientes.
Esta tarde, me doy un paseo solo, ya que Mamen esta un poco indispuesta, y no es cuestion de que empeore para mañana.
Compro algo para cenar en la habitacion, y escribo un poco del blog, que lo tengo bastante atrasado,
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